Los grupos sanguíneos y la alimentación. Peter J. D’Adamo / Catherine Whitney

20.09.2018

Dr. Peter J. D'Adamo 


Autor del best-seller internacional Los grupos sanguíneos y la alimentación, Doctorado en naturopatíapor el Bastyr College, Seattle WA en 1982 y licenciado en medicina naturópata. En 1990 fue galardonado con el premio de mejor médico del año por la American Association of Naturopathic Physicians. Es profesor adjunto clínico del Southwest College of Naturopathic Medicine, Tempe AZ, y del National College of Naturopathic Medicine, Portland OR y tiene una consulta clínica en Wilton, Connicut. 
En el 2001 fundó el Instituto para la individualidad humana y en el 2003 incitó la primera conferencia bianual sobre nutrición haciendo participar a los mayores expertos sobre el tema.
Con la publicación de Eat Right 4 Your Type en 1996 (Come Según tu Grupo de sangre), se convirtió en un autor internacionalmente destacado, conocido especialmente por sus famosos libros sobre la dieta según los diferentes grupos sanguíneos.
Sus numerosas publicaciones y best sellers han contribuido a un conocimiento más divulgativo de la dieta a nivel individual y sus series de libros se han convertido en Best sellers del NY Times y se han traducido a más de 65 lenguas. Además, Dr. D'Adamo es un entusiasta de las artes marciales (Tai Chi yTang Soo Do).
Tras décadas de investigación, el Dr. Peter J. D'Adamo descubrió el papel que desempeña el grupo sanguíneo en relación con los alimentos. El grupo determina qué tipo de alimentación es la mejor en cada caso, así como el tipo de actividad física más apropiado y el estilo de vida más beneficioso.

Hasta el punto de que en cada grupo A, B, AB y O hay alimentos que son perjudiciales, otros beneficiosos y otros neutros. Es más, aseguran que muchas enfermedades pueden deberse al mero consumo de alimentos no adecuados para nuestro grupo sanguíneo. Otros, en cambio, nos ayudarían a sanar. Incluso afirman que en esto es la razón de que muchas personas no consigan adelgazar cuando se ponen a dieta.El Dr.Karl Landsteiner descubrió la razón de por qué unas personas fallecían después de una transfusión de sangre y otras no: sus sangres no eran compatibles. Desde entonces sabemos que:

  • Las personas con sangre del tipo O son "donadoras universales". Es decir, pueden donar sangre a cualquiera de las que tienen otros tipos de sangre pero sólo pueden recibir la suya propia.
  • Las personas con sangre del tipo AB son "receptoras universales", es decir, pueden recibir sangre de todos los demás pero sólo pueden donar a los de su propio tipo.
  • Las personas con sangre del tipo A pueden recibir sangre de su mismo tipo y del grupo O pero no de las de los tipos B y AB. Y puede donar a los de su mismo tipo y a las de tipo AB. Y las personas del tipo B pueden recibir sangre de su mismo tipo y del grupo O pero no de las de los tipos A y AB. Y puede donar a los de su mismo tipo y a las de tipo AB.

Este descubrimiento le sería recompensado a Karl Landsteiner con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1930.
Además Karl Landsteiner descubrió tres antígenos más (M, N y P) similares a los antígenos de los grupos A y B pero, a diferencia de éstos, su presencia en los glóbulos rojos no supone la existencia en la sangre humana normal de aglutininas naturales. Y posteriormente se descubrió otro en 1940 junto aAlexander Salomon Wiener que bautizaría como antígeno D o factor Rh (llamado así porque lo encontró en el suero de conejos inmunizados con sangre procedente de un mono de la especie Macacus Rhesus). Este antígeno tiene su importancia cuando la madre no tiene el antígeno y el padre sí ya que en el segundo embarazo los anticuerpos específicos anti-Rh que desarrolla la madre pueden atravesar la placenta y provocar el aborto o una enfermedad hemolítica en el recién nacido que cursa con ictericia: la temible eritroblastosis fetal. 
Finalizo diciendo que posteriormente se llegarían a descubrir hasta 42 antígenos distintos en los glóbulos rojos (su incidencia es al parecer notablemente menor).
Los datos disponibles indican de forma aproximada que el 45% de los europeos posee sangre del tipo O, otro 40% del tipo A, el 11% del tipo B y alrededor del 4% del tipo AB. 
La Aportación del Dr. James D´Adamo
La importancia de los antígenos es evidente ya que induce reacciones inmediatas en el organismo. Por tanto, hace casi tres décadas el naturópata Dr. James L. D´Adamo se dio cuenta de que los tratamientos dietéticos que aconsejaba a sus pacientes no obtenían siempre los mismos resultados y se preguntó a qué podría deberse.
Su experiencia con los pacientes le llevaría a percatarse sobre todo de que mientras la dieta vegetariana le sentaba estupendamente a algunas personas y su salud mejoraba a otras no parecía hacerles apenas efecto y a algunas incluso les sentaba mal y empeoraban. Aquello le sorprendió llevándole a la conclusión evidente de que no a todas las personas les sienta bien el mismo tipo de alimentación. Intuyó que como la sangre era la fuente principal de nutrición del organismo la respuesta podía estar en ella
Decidió investigarlo y a lo largo de muchos años tomó notas para poder luego cotejarlas y buscar posibles pautas comunes. De esta manera llegaría a darse cuenta de que el tipo de alimentación estaba relacionado con los distintos tipos sanguíneos
Observó, por ejemplo, que las personas de sangre tipo A responden mal a las dietas generosas en proteínas cárnicas pero muy bien a las ricas en proteínas vegetales. Y que a esas mismas personas ni la leche ni sus derivados les iban bien. Es más, también mejoraban con ejercicios leves como el yoga mientras los duros y dinámicos les producían malestar. Sin embargo, a las personas de sangre tipo Oles sentaba estupendamente la carne y los ejercicios más intensos. 

Llegó a la conclusión de que, "LO QUE ES ALIMENTO PARA UN HOMBRE PUEDE SER VENENO PARA OTRO". Todas sus observaciones las recogería en un libro titulado El alimento de un hombre (One Man´s Food) que vería la luz en 1980.

Instituto D'Adamo para el Avance de las Terapias Naturales
Dr. James L. D'Adamo hizo un descubrimiento que podría revolucionar la medicina natural, establecer una correlación entre el tipo de sangre de una persona y sus necesidades dietéticas.

Combatir las enfermedades con los alimentos

Sería sin embargo su hijo Peter J. D'Adamo quien igualmente estudiaría Naturopatía en el John Bastar College de Seatle (EEUU) el que establecería ya esa conexión. Y lo hizo descubriendo en primer lugar que dos de las principales afecciones del estómago la úlcera séptica y el cáncer de estómago se daba más en grupos sanguíneos concretos. La úlcera en las personas del tipo 0 y el cáncer en las del tipo A.
Hasta que los datos acumulados le llevarían finalmente a concluir que el tipo de sangre predispone a las personas a un tipo de alimentación concreto y distinto en buena medida a las de otros tipos. Incluso, que predispone más a unas enfermedades que a otras
También descubriría que la salud depende, en mucha mayor medida de lo que la gente imagina, de la alimentación. Es decir, que hay alimentos que actúan positivamente en los organismos de las personas con un determinado tipo de sangre mientras en las personas de otros tipos son perjudiciales. Y no sólo eso: a su juicio una alimentación no acorde con el tipo de sangre que se tiene es una de las principales causas del sobrepeso u obesidad de muchas personas y la causa de que no logren adelgazar cuando lo intentan. Algo que sí se conseguiría si se dejara de ingerir los alimentos perjudiciales para su tipo de sangre.
Aclarar que el autor deja claro que esas conexiones no son radicales. Es decir, no todos los organismos de las personas del mismo tipo son intolerantes a todos los alimentos ni el grado de sensibilidad es igual en todos al alimento al que son intolerantes. Las pautas generales que ofrece tras sus años de estudio clínico son orientativas. En todo caso, si desea profundizar en este tema sepa que encontrará las conclusiones de Peter D'Adamo publicadas en su libro Los grupos sanguíneos y la alimentación.

¿Por qué ocurre así?

Padre e hijo, obviamente, se preguntarían por qué reacciona de forma tan diferente la sangre de unas personas con respecto a la de otras y a qué se debe la incompatibilidad manifiesta entre ellas en algunos casos. Su conclusión es que cada grupo sanguíneo es el resultado de un momento de la propia evolución humana. Según ellos, el grupo sanguíneo del tipo O el más antiguo y extendido tendría más de 40.000 años de existencia y procedería de los hombres del Cro-Magnon, cuya alimentación se basaba en la caza y por consiguiente en las proteínas de la carne. 
El siguiente en aparecer habría sido el grupo sanguíneo del tipo A entre 25.000 y 10.000 años yapareció con las primeras sociedades agrícolas cuya alimentación se basaba en el consumo de cereales y vegetales, procediendo especialmente de Asia y Oriente Medio. 
El grupo sanguíneo del tipo B procedería de las montañas del Himalaya surgiendo hace aproximadamente entre 15.000 y 10.000 años siendo propio de los habitantes nómadas de las estepas asiáticas.
En cuanto al grupo sanguíneo del tipo AB habría surgido de la mezcla entre caucasianos (A) y mongoles (B).
Para los Dr. D'Adamo la reacción de cada uno de los tipos sanguíneos se debería a que la sangre guarda una especie de "memoria celular" que "recuerda" su ancestral tipo de alimentación. 

¿Por qué reacciona la sangre ante ciertos alimentos como si éstos fueran enemigos peligrosos a batir? 

El Dr. Peter D'Adamo asegura que se debe a las lectinas de los alimentos. Las lectinas son un tipo de proteínas cuyos antígenos también producen la activación del sistema inmune y consecuentemente, el fenómeno de aglutinación en sangre. Algunas hasta pueden producir la muerte instantánea en presencia de cantidades infinitesimales al convertir los glóbulos rojos en coágulos que obstruyen las arterias. 
Es el caso de la ricina (Ricinus communis) (una de las toxinas más potentes conocidas, la cual se extrae de las semillas del ricino), aunque afortunadamente la mayoría de las lectinas de nuestra dieta no son tan peligrosas. Y lo importante es que cada grupo sanguíneo reacciona de manera diferente ante ellas. Es decir, hay lectinas alimentarias que son rechazadas por las personas de un tipo de sangre mientras no ocurre así con otros para los que incluso son beneficiosas. Resumidamente, ingerir alimentos que contienen lectinas incompatibles con nuestro grupo sanguíneo puede ocasionar diversas dolencias e impedirnos reducir el peso en caso de sobrepeso u obesidad. 

¿Cómo saber a qué alimentos somos intolerantes?

Mediante un test de intolerancia alimentariao sometiéndose al denominado Test del Iindicán. Se trata de un análisis que permite calcular la eliminación a través de la orina de indicán, una sustancia del grupo químico de los índoles que se elimina por medio de las heces y la orina cuando el aparato gastrointestinal y el hígado no consiguen digerir las lectinas de un alimento. Como es obvio, cuando alguien consume alimentos ricos en lectinas incompatibles con su grupo sanguíneo se constatará una mayor eliminación de indicán al analizar la orina. El Test Indicán permite saber si tenemos problemas con los alimentos pero no conocer cuáles son concretamente los que nuestro organismo rechaza activando las defensas del sistema inmune. 
Sin embargo, los test de intolerancia o sensibilidad alimentaria sí los detectan por lo que lo más adecuado es someterse a ellos. Una posibilidad a la que deberían optar todas las personas a las que se le han diagnosticado una enfermedad autoinmune. Es muy posible que mejoren simplemente eliminando los alimentos a los que su organismo reacciona con malignidad.
Para el Dr. Peter D'Adamo, si el test da un valor de 0 ó 1 no hay problema, si marca 2 o 3 hay algún problema y si la cifra alcanza 3 o 4 la situación puede considerarse crítica. 
Las conclusiones más importantes que se derivan de las investigaciones de estos dos estudiosos de la Naturopatía son: Que la sangre cumple un rol primordial en la alimentación y en las enfermedades estomacales de los seres humanos.
Alimentos Beneficiosos, Neutros o Desaconsejados
El Dr. Peter D'Adamo clasifica los alimentos en relación con los cuatro grupos sanguíneos en beneficiosos, neutros y desaconsejados.

  • Beneficiosos: Estos alimentos son en cada grupo sanguíneo los que desarrollan un papel nutricional óptimo asegurando además una actividad antioxidante, actividad antimutágenay actividad anticancerígena. Se podría decir que son "alimentos medicinales".
  • Neutros: Estos alimentos llevan a cabo un papel meramente nutritivo.
  • Desaconsejados: Estos alimentos son los que contienen sustancias no digeribles para los individuos de un determinado grupo sanguíneo debido a sus lectinas específicas porque provocan la reacción defensiva del sistema inmune que los aglutina para poder luego eliminarlos.


Características generales del Tipo O

Las personas con sangre del tipo O presentan un sistema inmunitario potente y muy activo, tendencia a una actividad tiroidea lenta, dificultad de adaptación a nuevas condiciones ambientales y nutricionales, bienestar con actividad física o deportiva regular e intensa y un aparato digestivo muy eficiente capaz de metabolizar dietas ricas en proteínas (carnes magras, pescado y marisco). 
En general, las personas del tipo O deben:

  • Consumir frutas y verduras en abundancia y las hortalizas de la familia de las solanáceas (berenjenas, patatas, etc.) Verduras que hay que reducir su consumo son las crucíferas (coliflor, coles de Bruselas, berzas...) Hortaliza que hay que reducir, los tomates.
  • Consumir carnes magras equilibrando esa aportación con verdura. Deben evitar sin embargo la carne de cerdo, los embutidos, las carnes en conserva y los alimentos en salazón.
  • Consumir pescado y marisco a excepción de pulpo, salmón ahumado, arenques en salazón, caviar y pez gato así como el pescado salado, secado o en conserva.
  • Están permitidos la mantequilla, los quesos frescos magros y los quesos de soja. Limitar o evitar el consumo de leche, lácteos, quesos y huevos.
  • Eliminar todo producto que contenga trigo y limitar los que llevan maíz y cereales.
  • Evitar las bebidas gaseosas, los refrescos de colas y el café, prefiriendo el té.
  • Practicar alguna actividad física de forma regular. Van mejor los deportes que requieren intenso esfuerzo físico.
  • En presencia de problemas utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de diente de león, menta, tila, olmo, fucus, alholva, regaliz, lúpulo y rosa canina. Evitar las de equinácea, áloe, bardana, genciana, barba de maíz o ruibarbo.
  • Los alimentos que favorecen la pérdida de peso en las personas del tipo O son, las algas marinas, pescados y mariscos, la carne de hígado, las espinacas y el brócoli. Los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo O son, el gluten del trigo, el maíz, las judías, las lentejas y las crucíferas (coles, coliflor y coles de Bruselas).


Características generales del Tipo A

Las personas con sangre del tipo A presentan un sistema inmunitario vulnerable, una buena adaptación a condiciones ambientales y nutritivas estables, bienestar con una actividad física o deportiva relajante, un aparato digestivo frágil que tolera mal la carne, la harina de trigo, la leche y los lácteos, y al que le va mejor una dieta vegetariana rica en cereales y legumbres.
Las personas del tipo A deben:

  • Basar su dieta en el consumo de fruta, cereales, legumbres y verduras.
  • Consumir pescado sólo en pequeñas cantidades (carpa, mero, bacalao, merluza, salmón, sardina, trucha) excluyendo los pescados planos como el lenguado y la platija.
  • Limitar o evitar el consumo de carne pero evitando los embutidos, las carnes (especialmente si están en conserva) y los alimentos salados o ahumados (embutidos, carnes en conserva, alimentos en salazón...).
  • La soja y sus derivados le son particularmente beneficiosos. Evitar el consumo de leche y productos lácteos.
  • No consumir alimentos precocinados.
  • Consumir de forma habitual semillas oleaginosas (aceitosas) y frutos secos. Evitando las nueces brasileñas y los pistachos.
  • Reducir el consumo de productos a base de harina de trigo.
  • Practicar actividades físicas relajantes bicicleta, natación, excursiones, yoga, Tai-Chi.
  • Utilizar en caso de malestar productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, valeriana, áloe, bardana y espino albar. Evitar la barba de maíz y el ruibarb.
  • Los alimentos que favorecen la pérdida de peso en las personas del tipo A, son los vegetales, los aceites vegetales, la soja y la piña. Los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo A, son las carnes, los alimentos lácteos, las habas y el exceso de trigo.


Características generales del Tipo B

Las personas con sangre del tipo B presentan un sistema inmunitario activo, facilidad de adaptación ambiental y nutricional, bienestar con actividades físicas o deportivas moderadas y equilibradas y un aparato digestivo eficiente que le permite seguir una dieta variada y equilibrada con leche y lácteos pero que posee poca tolerancia a los embutidos, la carne de cerdo, el marisco, las semillas y los frutos secos.
Las personas del tipo B deben:

  • Llevar una dieta variada y equilibrada.
  • Consumir abundantes frutas y hortalizas de hoja verde.
  • Consumir carnes magras, evitando las de pollo y cerdo así como los embutidos.
  • Consumir pescado, evitando los mariscos. No se recomiendan las gambas, los cangrejos, la langosta, los mejillones, las ostras, las almejas, el pulpo, las anchoas, la anguila y los caracoles.
  • Consumir huevos, leche y productos lácteos es el único tipo de sangre que los tolera bien.
  • Limitar los productos a base de trigo y maíz.
  • Limitar el consumo de semillas y frutos secos.
  • Practicar actividades físicas moderadas y equilibradas como los ejercicios aeróbicos, la bicicleta, la natación, el yoga o el tenis.
  • Utilizar en caso de malestar productos fitoterapéuticos o infusiones de salvia, menta, ginseng, eleuterococo o regaliz, evitar la tila, lúpulo, ruibarbo, áloe, barba de maíz y alholva.
  • Los alimentos que favorecen la pérdida de peso en las personas del tipo B, son los vegetales de hoja verde, el té de palo dulce, carne especialmente la de hígado, huevos y los lácteos. Los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo B, son el maíz, las lentejas, los cacahuetes, las semillas de sésamo, el trigo y el trigo sarraceno.


Características generales del Tipo AB

Las personas con sangre del tipo AB presentan según D'Adamo un sistema inmunitario vulnerable, facilidad de adaptación a las condiciones de vida modernas, bienestar con una actividad física o deportiva relajante que exija esfuerzos moderados y un aparato digestivo frágil que precisa una dieta mixta moderada y tolera mal las carnes rojas, la pasta, las alubias y los frutos secos.
Las personas del tipo AB deben:

  • Limitar el consumo de carnes rojas y evitar las carnes en conserva o ahumadas así como los embutidos.
  • Consumir pescado y marisco, evitando la langosta, las gambas, los cangrejos, las ostras, las almejas, el pulpo, la lubina, las anchoas y la anguila.
  • Evitar el consumo de productos a base de harina de trigo y limitar el consumo de pasta.
  • Consumir leche, lácteos y quesos...salvo cuando al hacerlo haya producción excesiva de moco con afecciones de las vías altas respiratorias. En tal caso deben suprimirse.
  • Consumir frutas especialmente ciruelas, uvas, piña y frutas del bosque y hortalizas en abundancia, sobre todo tomate.
  • Preferir las grasas vegetales, primando el aceite de oliva, evitar el vinagre.
  • Eliminar los encurtidos y la pimienta.
  • Preferir las actividades físicas y deportivas relajantes que exijan sólo esfuerzos moderados.
  • En caso de malestar utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, eleuterococo, regaliz o espino blanco, evitar la tila, lúpulo, áloe, barba de maíz, alholva y ruibarbo.
  • Los alimentos que favorecen la pérdida de peso en las personas del tipo AB, son las verduras, las algas marinas, pescados, lácteos, la piña y el tofu. Los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo AB, son las carnes rojas, el maíz, el trigo, el trigo sarraceno, las semillas de sésamo, las alubias, las judías.

Conclusión: Esto es un breve resumen de lo expuesto por padre e hijo, los doctores D'Adamo. Apuntar que la generalización propuesta es demasiado amplia y probablemente no responda a la individualización.

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